EL GRITO SAGRADO
Porque “pasaron cosas” como diría el ex presidente Macri. La popularidad de Alberto escaló en márgenes impensados, alcanzando un pico del 85% de aprobación. Los miembros de la oposición ante esta situación desoladora, se sintieron derrotados con vistas a las elecciones legislativas del próximo año y empezaron a tirar manotazos de ahogado. Los empresarios más poderosos no estuvieron prestos a aceptar una reducción en los márgenes de rentabilidad y comenzaron a ejercer presión despidiendo trabajadores. Ni una crisis sanitaria sin precedentes, los privó de hacer lobby contra el proyecto de ley que pretende gravar por única vez el patrimonio de los multimillonarios. Y como si el derrumbe mundial fuera poco, el ministro Martín Guzmán intentando renegociar el muerto de deuda que le dejó la verdadera “pesada herencia”. Y los medios hegemónicos, aprovechándose del estado psicológicamente vulnerable de las personas, instaurando un clima de crispación que desvía el eje de discusión. ¿La recesión es producto de la pandemia o de la cuarentena?
Spoiler alert: de la pandemia. Porque si no cómo se explicaría que la caída del PBI pronosticada por el FMI para la Argentina (-9,9%) sea igual o menor a la de países que no hicieron una cuarentena tan estricta (México -10,5% / Reino Unido -10,2% / Brasil -9,1% / EEUU -8%). Y en contrapartida, el promedio de fallecidos que tenemos cada 100 mil habitantes sea de los más bajos (3,27) si lo comparamos con estas naciones (México 23,65 / Reino Unido 66,63 / Brasil 30,16 / EEUU 39,67). No hace falta ser demasiado inteligente para darse cuenta que hemos evitado un colapso sanitario. La flexibilización solo trae más casos y como consecuencia más muertes. Quienes en Europa pensaron que el infierno ya había pasado, están volviendo a retraerse ante rebrotes que vaticinan el fantasma de una segunda ola de contagios. En nuestro territorio, el 85% ya se encuentra en una fase mucho menos restrictiva y la apertura de comercios no tuvo el esperado “efecto rebote” que suele darse cuando la economía toca fondo. Y eso se debe a que la gente tiene miedo y no tiene un mango.
“El populismo es peor que el coronavirus” dijo el estadista Mauricio Macri. Siempre tan atinado y con una mirada panorámica de la realidad. El hombre que dispuso impunemente un sábado a la medianoche eliminar el Ministerio de Salud, recortándole sideralmente el presupuesto con la excusa de achicar el gasto público (la Argentina tenía Ministerio desde 1949, interrumpido únicamente por las dictaduras de Lonardi y Onganía). La Salud no es un gasto Mauricio. Sin embargo, ese partido al que calificás despectivamente de populista, está afrontando la peor crisis económica desde La Gran Depresión del 30’. Con errores, con medidas que resultan insuficientes, con falta de carácter en algunas cuestiones esenciales y con evidentes falencias comunicacionales. Pero con una decisión tan determinante como histórica, que fue la de preservar la vida de su pueblo. Y si en 2023 al Peronismo le tocase perder las elecciones, que sea porque no supo reactivar la Economía y no porque los familiares de las víctimas le reprochen que priorizó el bolsillo por sobre sus seres queridos. Que el grito sagrado brame: ¡Salud! ¡Salud! ¡Salud!
Cristian Mileto
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