EL TALÓN DE AQUILES
Cuenta la mitología griega, que al nacer Aquiles fue sumergido por su madre en el río Estigia para inmortalizarlo. Pero cometió el gran error de sostenerlo del talón, siendo la única parte del cuerpo que no alcanzó a tocar el agua. Años más tarde, en la batalla de Troya, Aquiles murió por una flecha envenenada clavada justamente en el talón. De allí que la expresión se volvió popular a lo largo de la historia, para referenciar que todos tenemos alguna fragilidad en la vida. O mejor dicho, en realidad tenemos más, pero siempre hay una que sobresale por encima del resto. Ustedes ahora estarán pensando en la suya seguramente. Sin embargo, el objetivo de esta introducción no es hablar ni de mi ni de ustedes, sino de la mayor debilidad de los Gobiernos Peronistas. Muchos consideran que lo peor de los 8 años de Cristina en el poder fue la inflación. Otros piensan que fue el cepo al dólar o el impuesto a las ganancias lo que la enemistó con la clase media. Y algunos creen que fue la división dentro del partido. En fin, se han escrito mares de tinta sobre el tema. Lo cierto es que su verdadero Talón de Aquiles fue: la inseguridad.
Cuando hablamos de inseguridad asociamos automáticamente la palabra con algún suceso que nos haya conmocionado. Durante el Kirchnerismo recuerdo puntualmente la relevancia del caso Blumberg, que convulsionó a la ciudadanía. En la actualidad un hecho resonante fue el del jubilado que mató al ladrón. Los índices en Buenos Aires son realmente escalofriantes. En 2019 se registraron en la Provincia un total de 954 homicidios, un asesinato cada nueve horas. El análisis tiene infinidad de abordajes, más apropiados para un sociólogo. Pero si hay algo irrefutable es que no se explica únicamente por los elevados niveles de pobreza de un país, como en esta ocasión podría ser la Argentina. Según estudios del Banco Mundial, existe una clara correlación entre el aumento del delito y la profundización de la desigualdad. Esto quiere decir que mientras más se extienda la brecha entre ricos y pobres, más lejos vamos a estar de resolver el problema. Por lo tanto la relevancia de las políticas económicas son esenciales en este sentido. ¿Por qué el Peronismo no habla de inseguridad?
Hay una cosa que es cierta, a nadie le conviene hablar de algo que le resulta desfavorable. Por desinterés o incapacidad, ningún gobierno ha estado ni siquiera cerca de encontrarle la vuelta. Y pareciera ser que esconder la basura debajo de la alfombra tampoco ha servido demasiado. Cada vez que se realiza una encuesta sobre las principales preocupaciones de la sociedad, la inseguridad lidera el ranking cómodamente. Pero para comprender mejor este flagelo, debemos entender su origen. El quiebre se produjo con la irrupción de la Dictadura Militar, que insertó un plan neoliberal de endeudamiento y desindustrialización que posteriormente continuó con el Menemismo. Mientras algunos se iban todos los años de vacaciones a Miami gracias al famoso “1 a 1”, las fábricas bajaban sus persianas y familias enteras caían en la más absoluta de las desgracias. La bomba explotó en 2001 y llegaron los Kirchner. Distribución de la riqueza, asistencia social y generación de 5 millones de puestos de trabajo, sirvieron para volver a parar la olla. Pero evidentemente todavía quedan secuelas irreparables. ¿No deberíamos reformar las fuerzas policiales?
Hay otra cosa que es cierta, esto no se resuelve de la noche a la mañana. Porque la pérdida del poder adquisitivo de los 90’, hizo mella en la educación y en la formación socio-cultural de chicos que hoy tienen 30 años. Ahora bien, yendo específicamente a las fuerzas de seguridad, está claro que necesitan imperiosamente una renovación. No basta con poner una cámara de vigilancia en cada esquina. Se requiere de una reforma integral que arranque de cuajo las viejas estructuras y de lugar a una nueva generación de policías formados con vocación de servicio y debidamente remunerados. Es hora de dejar de hacer la vista gorda encubriendo hechos que solo traen más impunidad. Y aquí visualizo un halo de esperanza en Alberto Fernández, ya que no es muy común ver a un presidente recibir a la madre de un chico desaparecido, que acusa al propio Estado y al Ministro de Seguridad Bonaerense. Diametralmente opuesta a la actitud que tuvo el gobierno de Macri en el caso Maldonado, donde injurió de manera canallesca a su familia con la complicidad de los medios. ¿Cómo se combate la delincuencia?
“No se puede combatir el canibalismo comiéndose al caníbal, no está bien que el Estado haga eso, la represión nos transforma a todos en pares de aquellos que cometen crímenes" pregona el Indio. Miren, la ciencia hasta ahora no ha logrado demostrar que los niños que llegan a este mundo se dividan entre buenos y malos. No existe un estudio que explique científicamente que un chico nace dañino. Más bien se encuentra condicionado por el contexto que lo rodea. Los adultos no podemos dejarlos librados a su suerte, como si al momento de la concepción hubieran elegido vivir bajo condiciones de extrema vulnerabilidad. Para subsanar estas desventajas y equiparar oportunidades está la política. Está el Peronismo. O el partido que más te guste. Pero está. Votamos para eso. Y no está mal reclamarle seguridad a nuestros gobernantes. Lo que está mal es que te chupe un huevo que esta noche un pibe se vaya a dormir sin comer. Eso está mal. Lo dice el propio Solari: “Los muchachos no nacen malos, el Estado no puede ser penal antes que social, tiene que socializar primero y luego pensar penalmente en una criatura”.
Cristian Mileto
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